A pesar de ser este su cometido, el mito no lo explica hasta recién en el final, en donde, explícitamente, se narra lo sucedido. Entonces, hasta ese momento, ¿qué es aquello que relata el mito?
Desde un principio, se puede describir a Sedna como una mujer distinta a las de su época, ya que a pesar de que los mitos son atemporales, debido a diversos detalles que se van dando a lo largo de este (como el hecho de que su padre la casara), se puede calificarla como alguien segura.
Uno de los elementos fantásticos del mito aparece, justamente, cuando esta decisión de no casarse, le provoca, irónicamente, contraer matrimonio con un perro.
Esto, sin embargo, no la detiene de sucumbir en los encantos de un joven, el cual le ofrece joyas y lujos. Claramente, la segunda cara de la situación le ofrece un castigo a su traición. El hombre, en ese momento esposo de Sedna, había disfrazado bajo su apariencia humana, su verdadera forma de ave.
La mujer, tras descubrir esto, como cualquier otro ser humano habría hecho, intentó huir, aceptando incluso la ayuda de su padre.
Es de esperar que no llegaran muy lejos; dos humanos intentando combatir una criatura sobrenatural. Incluso dentro de un mito, la lógica gana.
A pesar de que el ave (o esposo) haya contribuido en el destino de Sedna, desatando una tormenta, no provocó ningún daño directo, cuando se dio a entender, durante el mito, que claramente podía hacerlo. En lugar de hacerlo, le infundió un miedo tal al padre, que este le ganó al amor que tenía por su hija. En ese momento, al este cortar los dedos de Sedna, provoca el nacimiento de los animales marinos, conviertiéndola en una diosa, la actualmente conocida como diosa del mar.
